Guíame.

Una estrella guía mis sentidos
Con luz vistosa en la lejanía,
Compromete mis pasos partidos
Me lleva hacia donde ella pretendía.

Una estrella ilumina mi alma
Suavidad extrema que calma
Acaricia mi sufrir interno
Me da la tranquilidad que temo.

Una estrella me roza el pelo,
Susurra en mi oído -te tengo-
Al oírlo mi piel se turba
Al oírlo mi amor es fuego.

Una estrella tengo por cielo,
Que deslumbra mi vida interna.
Me colma el aire de terciopelo,
Necesito q se haga eterna.

Una estrella que sabe que tengo
Un miedo terrible a perderlo
Un amor que no confieso,
Un gran sentimiento…»te quiero»

Déjate llevar…

Guíame. – (c) – Alice Depra

CÁLIDA Y FRÍA

Así eras tú de impredecible,
Tan tuya que nadie lograba descifrarte.
En tu interior cordura y locura,
A veces serena y otras bravura.

Podía ser calma en corazones veloces,
O acelerarte el pulso y hacer que explotes.
Desatar tormentas precedidas de sosiego
Y ser como el más puro de los venenos.

Brillabas como nadie en mi retina,
En mi recuerdo belleza como tú no existía.
Te empeñaste en apagarme por dentro
Y deseé cruzar las puertas del Averno.

Hacías resonar tu voz en mi alma
A gritos o a susurros quebrabas mi calma.
Te ví siendo fuego y también puro hielo
Serás siempre la Diosa de éste mi infierno.

CÁLIDA Y FRÍA – (c) – Alice Depra

ASÍ FUÍMOS LAS DOS.


   Era una mañana de verano cualquiera, jamás creí que se convertiría en uno de nustros mejores momentos digno de recuerdo.
   Tomábamos cafe con leche juntas como era de costumbre los días festivos. Una delante de la otra separadas por la mesa de la cocina, releíamos las notificaciones personales del móvil.    Esporádicamente cruzábamos miradas y alguna sonrisa. Era un día soleado y corría una brisa ténue muy agradable. Su pelo rojizo despeinado jugaba con el viento que escapaba a través de las corrientes.
Como hacía habitualmente, me quedé clavada en su rostro. Adoraba esa cara de recién levantada con restos de rímel corrido bajo sus maravillosos ojos verdes, medio escondidos detrás de unas gafas modernas. Ese aire despreocupado lograba volverme loca.
Tras uno de sus conocidos gestos sentí la necesidad imperiosa de acercarme a besar sus labios. Sus besos… Te llevan a un remolino de sensaciones dónde no hay fin, pueden removerte tanto el alma que no hay vuelta atrás.
Nuestra complicidad en los momentos más álgidos es inimaginable, indescriptible. Mis manos inquietas recorrían su silueta suavemente y el rozarnos era una explosión de locura. En a penas dos minutos yacía sobre la mesa lista para ser degustada. Es, sin duda, el más excitante plato que puedas saborear.
Acariciando y observando su cuerpo desnudo podía percibir el olor a excitación mútuo. Me hallaba  sentada en una de las sillas frente a tan exquisito manjar. En esa posición la distinguía como a una Dahlia, emergida, florecida por los rayos de sol indirecto. Accesible a toda su belleza y grandeza no podía más que complacerla, como sucede cuando aproximas tu rostro para oler una bella flor.
El silencio desapareció y dió paso a un estallido de gemidos, ahora sí, me pertenecía. Dirigí mi cuerpo a saborear el segundo plato de ese tan gratificante desayuno. No hubo rincón que mi lengua no mojase… Nuestras miradas de deseo eran incesables y nos besábamos como si la vida se nos fuese en ello.
Mis dedos se adentraron en su abrasadora humedad, la brisa ligera no conseguía secar nuestro sudor. No cesé en llevarla repetidas veces al éxtasis hasta que pude calmar  todos y cada uno de sus deseos. Ahí estaba yo deleitándome con el postre más dulce.Y ahí estaba ella reclamando su merecido desayuno. Catadora íntegramente oficial de todos mis menús. Nadie como ella para saborearme.

Nadie como nosotras para ser. Para ser una mañana cualquiera…

ASÍ FUÍMOS LAS DOS. – (c) – Alice Depra

Tenía, porque ya no tengo.

Sshhh, tenía…

Tengo pendiente seguir observando tus andares, graciosos y desgarbados al mismo tiempo, la manera de rozarte la nariz con tu dedo índice y el juego del giro imparable de nuestro anillo.

Tengo pendiente no dejar de mirarte, tu imagen jamás abandona mi mente y me acompaña allá donde voy. Ver cómo arqueas una de tus cejas al expresarte mientras apartas esos rizos inquietos de tu cara.

Tengo pendiente disfrutar de tus sonrisas, las mismas que me dan las fuerzas para caminar a tu lado. Continuar apretando siempre tu mano para que no me sueltes nunca ni me apartes de ti.

Tengo pendientes tantos sueños en los que tú eres la protagonista. Sueños que no tienen fin y aparecen cuando no duermo, llenan de vida mi presente y de ganas mi futuro.

Tengo pendiente cogerte en tus caídas, para que nunca te sientas sola. Empujarte hacia el cielo lo más alto de tus deseos y perderme en tu brillo infinito, sin importar las veces que caigas.

Tengo pendiente apostarlo todo por nosotras, sin que quepa rendición alguna. Por que en tus ausencias me falta el aire, por que sin ti mi sonrisa está perdida. Porque si no estás, mi vida,todo pierde sentido.