SLAVE.

Me encuentro buscándote en mis noches frías, 
tu esencia rasga mi corazón hambriento. 
Añoro ser tu aliento, qué suerte tendría
rozar tu húmeda lengua a cada momento. 
Tu piel sedosa al tacto, que asemeja al terciopelo, al clavarle mis dientes se eriza en un instante. Tus senos se endurecen, se muestran turgentes y tus labios entreabiertos muestran su deseo.
Tu gemido penetrante logra estremecerme, junto a tu humedad ligera y tan ardiente. Codicio proveerte de placer, saciar así mi apetito hasta retorcer tu esencia que es lo que más ansío.

CÁLIDA Y FRÍA

Así eras tú de impredecible,
Tan tuya que nadie lograba descifrarte.
En tu interior cordura y locura,
A veces serena y otras bravura.

Podía ser calma en corazones veloces,
O acelerarte el pulso y hacer que explotes.
Desatar tormentas precedidas de sosiego
Y ser como el más puro de los venenos.

Brillabas como nadie en mi retina,
En mi recuerdo belleza como tú no existía.
Te empeñaste en apagarme por dentro
Y deseé cruzar las puertas del Averno.

Hacías resonar tu voz en mi alma
A gritos o a susurros quebrabas mi calma.
Te ví siendo fuego y también puro hielo
Serás siempre la Diosa de éste mi infierno.

CÁLIDA Y FRÍA – (c) – Alice Depra