
Cuando acaban con tu esencia te das cuenta de que ya jamás volverás a ser la que fuiste. Alguien te robó ese pedacito de tí tan importante, ese que te llevaba a creer que todo era posible. Pero ya no…
Y no contenta habiéndote roto en mil pedazos, esa persona sigue magullándote más y más. Parece como si los ríos ya vertidos, no fuesen suficiente. No importa cuán largos sean tus susurros, siempre habrá latigazo de vuelta. Y ya van tantas cicatrices que no recuerdas ni la cifra, pero sientes su dolor, sabes que están ahí grabadas en tu alma quejicosa.
Armándote de valor coges aire cada día con el fin de borrar aunque solo sea un ápice, de tus malas decisiones. Las mismas que te condujeron al avismo, ese al que caes una y otra vez. No soportas más ofensas, más críticas, insultos y veneno. El más letal que puedas recibir, el que te cuartea hasta tu mas ínfimo rincón. Veneno de la persona en la que creíste y confiaste tantas veces, dándole mil y una oportunidades sin saber que al final caería en saco roto. Nada sirvió, nada es suficiente y eso desgarra tu ser quebrando toda tu quietud. No habrá paz, ni piel que rozar, ni ojos que mirar o labios que besar. La oportunidad se esfumó para no volver.
Y arañas las paredes de la soledad que te rodea pretendiendo resurgir, pero tu vida se trueca en una lucha constante hacia la luz. Quedaron tantas cosas por decir… por hacer, por compartir, pero cualquier atisbo de esperanza desapareció en la lejanía. Has de poner punto y final a esa pesadilla o acabará arrastrándote al peor de los infiernos, donde no habrá salida alguna. No puedes permitirte el lujo de desparecer sin más, así que por el momento sólo te hayas ahí, inherte y sin dignidad alguna. Esperando vivificarte…
Renacerás tarde o temprano, ya has recorrido camino suficiente de desolación. Mientras tanto, agradece la lección aprendida y haz que jamás se repita. Llegará esa señal que tanto ansías… Estoy segura!